Retromaduración

29 julio 2022

Ilusión


”Mohernos”

28 noviembre 2017

Habían pintado las paredes con dibujos inofensivos, con alguna palabra escrita, algo fuertecilla: Polla, joder, hijo de puta,…y risitas nerviosas

Eran tipos duros mezclando vino barato con el refresco de cola de la marca blanca del super, Eran niños jugando a disfrazarse de todo aquello que creían que les hacia más mayores. Se infantilizaban en realidad. Se lo potenciaban para que cuando de verdad llegase la madurez al amo le fuese sencillo controlar todos sus inseguridades.

Serían adictos a esa diversión rápida, de bajadas largas. Querrían seguir siendo Mohernas» antiguallas, con vocación a la ceguera.

LaRataGris

Más mohernidad bien entendida en:Payhip o Comic Square


Las edades del reencuentro

27 octubre 2014

Ácrata no se había dado cuenta pero era un poquito más grande. No por haber crecido o madurado, simplemente habían pasado los años y eso era motivo suficiente como para catalogarlo en su generación. Sus coetáneos eran conocidos como la quinta del robot.

Un día se cruzó en una autopista virtual con Lalo. Habían jugado de pequeños, explicado sueños y esperanzas de adolescentes, luego se separaron sin saber el uno del otro y, ahora, su amigo estaba muy mayor. Sus fotos reflejaban años y daños inexcusables.

Ácrata se preguntó si le habría pasado lo mismo. Se fotografía sobre un espejo y la miró durante trescientos sesenta y dos días y una mañana, hasta que al final admitió lo mucho que había cambiado. -¿ soy un hombre? ¿acaso, eso, varía en algo mi vida?- Con desgana comprobó la hora, llegaba tarde a trabajar.

– Lo siento,- palmeó Jefe su espalda- no eres mal chico pero llegas tarde.

Ácrata respiró hondo- Necesito el trabajo, no podrías pasarlo por alto.- Como nadie escuchó esto último, Jefe se había puesto a firmar albaranes y sellar comunicados, levantó la voz para no desaparecer- Te juro que te lo recuperare.

– Mira,- deja su rutina- no es sólo que llegues tarde es que vienes obsoleto.

– Puedo hacerlo tan bien como cualquier niñato. Me reciclare.

Sin levantar esta vez la vista del papeleo despreció la súplica- Siempre supe que traicionarías tu nombre, que el mal vicio de la comida acabaría con tus convicciones. Yo en cambio puedo honrar el mio. Los nuevos modelos de trabajador no son mejores que tu, no hacen nada nuevo.- esquiva fugazmente los documentos- yo ya estaba contento con como le dabas al botón de tu máquina.- por un instante se pierde en el techo para poder retomar el discurso con más ímpetu- No es nada que tu puedas aprender, es que ellos cobran menos.

– Yo- dudó- también puedo cobrar menos.

-Déjalo estar, sera mejor que no lo liemos, las cosas ya son lo que son.

Reloj marcó las nueve y media, siempre llegaba a esta hora cuando iba al trabajo.- Quizá se le halla pasado. Casi ha estado un año con nos…

– Si, claro- se retorció el señor Sofa- después de todos estos meses mirando la foto se ha quedado lelo, por favor.

– No peleéis chicos- puso paz la luz apagada y la habitación quedó en la penumbra del silencio, esperando a Ácrata. Un murmullo invisible se fue adueñando de la estática del aire.

Reloj marcó la una y treinta y seis minutos.

– Es culpa mía.

– Evidentemente- gruñó Sofa- de haber sido una buena foto no tendrías esas marcas de expresión y hubieses oscurecido su pelo- de repente puerta retumbó asustandolos a todos. Dieron un respingo inapreciable a ojos de Ácrata que entraba arrastrando una bolsa de hambre infinita.

El espejo del recibidor intento que viera su cara más amable, la nevera se escondió sin nada que ofrecerle y la fotografía, como el espejo, igual que le había sugerido Sofa, se retocó para que se sintiese más joven.- Jamás he sido tan niño- conspiró con ellos su vision sin que eso tuviese demasiada importancia. La luz continuo apagada, la puerta se cerró por siempre y Ácrata se diluyo entre las quejas de Sofa.

LaRataGris


El año pequeño

4 junio 2012

Ha pasado un año y Carolina se ha quedado pequeña en su casita de muñecas. La dejaron encerrada con juguetes de frases prefabricadas y, ahora, solo sabe repetirse como un loro. Su cuerpo, que no se ha enterado de su mente frágil, ha seguido creciendo cada día hasta que todos la han visto con las formas de una adulta responsable y le han dado cuchillos afilados para que pueda hacer malabares.

La abrazan para despedirse de la niña que ha sido, le dicen lo contentos que están por que pueda alejarse y caminar sola. Sin entender nada, ella, se marcha por que es lo que le han pedido. Se suicida cada amanecer por que nadie le ha dejado tiempo para aprender a envejecer o madurar, tampoco se lo han enseñado- tarea imposible-. Es una adulta prematura, víctima de la velocidad y la eficiencia de un tiempo que necesita carne fresca que no piense demasiado.

 

LaRataGris


Pájaros en la cabeza

31 julio 2009

Pájaros en la cabeza


Mi presente es mi futuro

7 marzo 2009

Mi presente es mi futuro


Crecer

26 enero 2009

Crecer