
Futuro Vs. realidad
4 febrero 2022Códigos
25 noviembre 2019Hay un lenguaje nuevo, se sirve del antiguo y desgastado, lo dota de un significado distinto.
Es un código horrible, apesta para los puristas que, hace ya demasiado para recordarlo, rompieron los normas establecidas para imponer los suyas.
Suena moderno y efectivo cuando es usado por pieles tersas e imparables. Se prepara artificial entre arrugas que quieren ser edades que ya no habitan; lo mezclan con lo que fue tendencia, lo pronuncian con acentuada entonación, convirtiéndolo gomoso.
Con el tiempo será mestizo, normal y a batir, como todo código que viene a comerse el mundo.
Así es como nos repetimos, en formas para evitar la evolución. No queremos ir cada vez un poquito más allá en los nuevos significados.
Necesitamos más verbos y menos adjetivos, aunque no busquen esa dirección.
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Caminar
29 enero 2015Caminar: acción de moverse. Desplazarse de un punto a otro, mediante el uso de piernas o patas, a una velocidad media. El desplazamiento también se da a velocidades altas: entonces es conocido como correr. A saltitos, en coche, moto, tren, bicicleta,… Hay diversas formas de desplazamiento, haciendo uso de distintos medios de transporte, que no son caminar.
La ley marca un camino recto por el que discurrir con tranquilidad, las leyes nos previenen del mal caminar, errático o direccionado. Si lo deseas puedes caminar en círculos en algún circuito oval, correctamente acondicionado: circula hasta el infinito. La gente advertida procura que sus pasos sean de un perfecto discurrir, no infringen ley alguna y hablan por el camino, piensan y discuten.
La nueva ley del caminar incidirá sobre las palabras, temerosa de que estas puedan afectar al futuro caminar.- hay que evitar- dice- las sendas oscuras. Atajar los nuevos caminos antes de que sean conocidos.- y es que la gente no ha de conocer nuevos lugares, ni las formas de llegar; la gente ha de caminar allí donde se le ha marcado.
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Tarde
20 octubre 2014Llegamos tarde, con el corazón encogido y susurros tímidos pidiendo silencio a las bombas. Llegamos viejos, con decisiones caducadas; de acuerdos internacionales con amigos que no siempre son justos ni correctos. Llegamos muertos tras un estallido lejano, con las vísceras colgadas en la memoria de un programa que buscaba audiencia. Llegamos equivocados, ofreciendo azúcar a quien quería libertad, con leyes reescritas para justificar el dolor que les provocaban los salvajes. Llegamos sin paliativos, como una horda peligrosa, antes que otros más indecisos; pero que aún haya por llegar no nos exime de culpa, no nos hace mejores…no nos convierte en dioses, ni disminuye sus daños colaterales.
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Inercia del cansancio
13 mayo 2013Alberto empezaba a cansarse. Cada movimiento le costaba una vida y el aliento lo tenía contado para pasar el día sin sobresaltos: ir al trabajo, ganar algo en negro para las facturas y dormir, se acostaba siempre que podía. Cerraba los ojos e intentaba recuperarse un poquito. Por desgracia volvía a levantarse con menos fuerzas y menos ganas.
Siempre tenia que seguir arrastrando su cuerpo viejo y marchito. Empezaba a tener la edad adecuada para que le cedieran el asiento en el metro. Pero la vida llegaba con retraso y aún tendría que esperar para viajar por todo el país con un grupo de jubilados. El gobierno de turno había decidido que aún era un buen esclavo y el tenia que seguir preguntándose cuando podría caer muerto sobre el sofá, cuando habría pagado su condena por haberse atrevido a nacer en tiempos de crisis.
Cuando lo despidieron no hubo muchos aspavientos; era legal y fácil, cualquier niño lo haría por menos dinero y, ademas, todos los ministros premiaban las plantillas jóvenes y precarias… la lógica del dinero era aplastante ¿ por qué no hacerlo? – Si yo fuese empresario… – pero no lo era y nadie se ponía en su piel y huesos. A aquella edad ya no encontraría trabajo, su pensión se iría reduciendo por los años que le quedaban sin cotizar. Si llegaba a jubilarse, sólo con lo que ganaba de estraperlo, ya podía sentirse afortunado.
De tanto en tanto Isabel bajaba a quererle. Pasaban un buen rato besando las palabras, recordando minutos que eran tan viejos como ellos mismos y compartían puchero para que se alargaran las migajas. Cuando el se quedo sin trabajo ella dejo de irse, necesitaban acariciar sus penas a cada instante y le ayudó a redactar un curriculum de toda su vida laboral. Resulto una forma de pasar el tiempo como otra cualquiera, nunca sonaba el teléfono pero ellos eran felices inventando futuros en los que podrían comer un poquito más, no demasiado.
Al poco, unas monedas de menos al subir la luz, les complico el equilibrista presupuesto. Luego el agua, el alquiler, los gastos básicos les fueron acorralando hasta que ya no quisieron seguir intentándolo. Se apagaron sin más, apretaron el botón de desconexión en el horno de gas y el estado se ahorro dos jubilados.- Es evidente- clamó el ministro- que el país presenta claros signos de recuperación económica.
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