Fluyen épocas

31 agosto 2020

-Buenos días- así empezaban todas las reuniones.

Alberto entraba el último por la puerta, incapaz de comprometerse con una hora. Saludaba siempre con su sonrisa canalla y el grupo le devolvía su bueno días levantando una segunda cerveza, todos menos Irene que se removía intranquila en su cuarto café.

Eran reuniones rápidas, más como una excusa de verse una vez al mes, no tanto para concretar la línea editorial.

Se conocían de hacia tanto tiempo que sabían de que pie cojeaban, su amistad era suficiente para repartir los artículos a la intuición de cada cual.

-Ya no podré venir más -Anna rompió la dinámica -tengo trabajo nuevo y el horario…

Sabían que en algún momento les iba a tocar crecer y este instante parecía el adecuado.

-Busquemos otro día- nadie quería perderse en el mundo después de que la noticia cayese como un jarro de agua fría. El periódico los había atado emocionalmente pero no daba para comer.

-¿El lunes?- quien podía el lunes le era imposible el martes y el jueves Germán tenía rehabilitación. Saray repartía los fines de semana, Teresa quería pero su padre…su hermano solo podía quedárselo los viernes.

Quedaron en llamarse, en concretar otro momento y se fueron despidiendo como si ya no se fuesen a ver jamás.

Alberto siempre apuraba hasta el último segundo, nadie lo esperaba ni lo esperaría. Miró la mesa llena de botellas vacías, de papeles garabateados con sueños, se acababa una época.

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Todo tiene que seguir igual

14 agosto 2020

Todo tiene que seguir igual

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Monedas de piel y huesos

15 marzo 2019

Monedas de piel y huesos

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Vagos

6 octubre 2016

-Por fin- Oscar miró la calle, parecía más limpia y el sol brillaba solo para él, aunque eran las nueve de esas tarde noche en las que se le acelera la vida. Esta vez lloraba embargado por la felicidad. Se había jubilado y soltarse la cadena era tal liberación que no podía evitar sonreír entre lágrima y lagrima.

-Por fin-le dijo ella al verlo entrar pletórico por la puerta de casa-han sido años muy difíciles.

-Si hay algo de lo que me arrepiento en la vida es de trabajar. Fijate que no te digo trabajar tanto, cualquier trabajo que encontraba era denigrante. Necesitaba escapar.

-ya esta cariño- se abrazan cansados.- ya podemos ser los vagos que nos llamaron les esclavos agradecidos. Gente que no quiso crecer en lo personal y para los que jubilarse era morir ante un televisor.

La noche les es benévola sabedora de que los días por venir serán felices.

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El artista incandescente

18 julio 2016

En la esquina de las sombras y orín habita el viejo artista de días mejores. Esta lleno de sueños vintage y no pierde la esperanza de que algún día vuelva a llegar su momento.

Pero cuando algún borrachuzo se acerca a mear, sin verlo, y despierta al calor húmedo de la micción se queda hundido.

«La vida», piensa, «nos construye de miserias”

‘Ojalá», escribe sobre losas sucias, «alguien me reventase a patadas, dejando que mi arte escape por las heridas abiertas. Que mi suerte llame a la puerta de mis deseos «

Pero no habla en serio porque hace tiempo que en el no queden historias que le interesen a nadie, ¿quien querría leer sus tripas en un sucio callejón de ninguna parte?

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En el crepitar de una llama

6 enero 2015

– Lo principal- se tranquiliza a si mismo- es no perder la calma.- La habitación en penumbras tras el nuevo apagón y, si es como siempre, serán mínimo tres días con sus tres noches. Ha empezado a ser tan habitual que la nevera guarda poco que se estropee y en la mesa, siempre, crepita una vela a punto de apagarse.

– ¿Estas…ahí?- Juno suele llegar arrullada por las sombras, demasiado tímida para cualquier lugar bien iluminado. Apoya la cabeza en la pared del rellano, la balancea dándose pequeños golpecitos contra ella. No son los golpes lo que atraen a Oliver, sabía que ella bajaría, siempre lo hace. Se acerca hasta la puerta y sin abrirla apoya la oreja para escuchar- No funciona la tele- nunca se da cuenta de lo que le rodea, la tele funciona o no funciona, el mundo no necesita nada más.

– Tranquila- intenta calmarla- tenemos que estar tranquilos.

Oliver jamas le abre la puerta, atraviesan la pared con palabras de consuelo, con los gestos invisibles. Tiene demasiado miedo a que ella entre y ella calla por que le asusta que el quiera invitarla a vivir.- Tengo una vela- le dice- quieres que te lea la guía de la tele mientras se apaga la llama, puedo intentar poner las voces.- y ella asiente por que sabe, que aunque no la vea, el se la acabara leyendo, convirtiendo el teatro del contacto en algo real.

Juno cierra los ojos y respira hondo- te quiero

– ¿Qué?- pero ella ya ha atrapado su osadía en jaulas de silencio. Al rato el hace por olvidar y comienza a leer.

– programa de las mañanas, líder de audiencia, seguro que hay mucha gente viéndolo con nosotros, creo que la presentadora ha metido la pata hasta el fondo…- y los dos ríen con alguna desproposito.

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Parte del mobiliario

27 marzo 2014

Parte del inmobiliario


Duplicados

3 febrero 2014

Día uno. Hoy he decidido comenzar a fraccionar mi vida, como vuestros calendarios solo que yo, hoy, empiezo de cero, mi día uno. Anoto los acontecimientos importantes, espero, lo releo… No es una agenda, ni un diario, es una reflexión sobre lo relevante e irrelevante de cualquier suceso.

En cierta manera me doy cuenta de que no puedo desenlazar lo que me pasa, lo que pienso, de la realidad. Mis actos se enredan con ella y grito- viva la república- cuando toca-felicidades- para los cumpleaños ajenos- no es una democracia, te quiero…

Superados los primeros días se van sucediendo, veinte, veintiuno, veintidós,…cuatrocientos dieciséis. Contabilizo más allá de los que tiene un año y, cuando me quiero dar cuenta, estoy calcando los actos descritos trescientos sesenta y cinco días antes. De nuevo- feliz navidad, bienvenido al día internacional de las enfermedades raras, cuanto facha junto….- soy un videojuego de actos reflejos y esquemas en mi forma de ser importante.

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Los días felices

18 marzo 2013

Hace tiempo conocí un día feliz. Pasó ligero, rozando nuestras mejillas, dejándonos una sonrisa, desapareciendo con viento fresco.

Los días felices tardan sesenta y cinco años en completar una vuelta alrededor del globo terráqueo. Si calculas el tiempo y la posición relativa del sol puedes intuir donde te rozó para así poder esperarlo en el lugar adecuado, a la hora convenida del preciso instante en el que todo se conjura para volver a respirar como nunca. Eso si un cazador de días felices no lo ha atrapado primero. Son incansables perseguidores que gustan de coger y encerrar en rincones fríos y oscuros a los días felices, hasta que aparece un comprador dispuesto a pagar el desorbitado precio o hasta tirarlos secos, vacíos de libertad.

Actualmente solo quedan cuarenta y tres días felices. Estos necesitan esquivar furtivos y legales, acorde a sus leyes, que los encierran en calendarios de papel donde, todos, pueden admirar en rojo los días felices que fueron, sabiendo que ya nadie los disfrutara por que hay que trabajar sin descanso, si no te ha atrapado el paro.

que pena ver como se extingue su especie mientras, la gran mayoría, quiere comprarlos con dinero y no con el corazón.

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Un año de vacaciones

27 julio 2012

Un año de vacaciones