Elixir entró en el bar como si el mundo le perteneciese. Sin ver a los habituales, con la mirada certera sobre una mesa en sombras.
-¿Elixir? un nombre extraño para una chica.
-¿De donde te has caído?- ignoró la conversación casual para llevar las riendas-. La mierda no debería salir del estercolero.
-Soy de aquí, igual que una princesa como tú.
Ella apagó el cigarro sobre su propia mano
– Los de aquí no nos escondemos en rincones oscuros. Somos exhibicionistas profesionales ¿De dónde eres Y qué ostias buscas?
-Soy Indiana Jones en busca del Santo Grial. Soy Prometeo y te traigo el fuego de los dioses.
-Te has equivocado de mausoleo. Ninguno de estos fantasmas te dirá cual es la copa ideal. Para ellos siempre es la última, se la beberán antes de que te des cuenta y el fuego hace tiempo que nos consume sin que ningún bombero sepa apagarlo .
-Entonces he venido a disfrutar del viaje, aunque ya hayas escrito mi final.
-Joe- le gritó al camarero sin dejar de mirar los ojos del extraño- ponle tu mejor veneno, hoy está invitado a su funeral.
-Entonces parece que e si tendré suerte y me llevare una copa.
-No confundas mi amabilidad. La gente como tú no es bien recibida. Tomate el mejunje y largate.
-Estudiare tu propuesta mientras pienso ¿a qué sabe tu elixir si te beso?¿si pruebo tu piel?
-Sabe a hombre muerto. Lárgate y no hagas el imbécil.
Pero no estaba dispuesto a fingir normalidad, Cavó su tumba y escribió su propio epitafio.
LaRataGris