Alquiler capital

14 junio 2024

Mientras, en otra casa…


La medida del traje

1 abril 2024

Una noche más juntó en un cesto de mimbre los restos de viva que había podido recuperar. Parecía la frágil piel de una serpiente tras varios días al sol. Pasó sus manos desnudas, intentando recordar como se había hecho cada herida, como se había caído y si se había levantado o se había quedado tumbada allí, muerta.

Con cada noche que pasaba su traje era más pequeño. Los retales que quedaban para coser eran casi ridículos; como si la antivida fuera comiéndose sus momentos más felices, como si necesitase recargarse de algo que no podía. Cogió parte de los vicios que había acumulado.

Antes, siempre antes, dormía bien con una pequeña dosis pero, con su traje tres tallas menos, comido por las polillas de la tristeza… intento parchearlo con más y más vicio.

-Mañana será otro día -se mintió. Sería el mismo día, la misma repetición con un disfraz más pequeño, con una vida más quemada que ya no sabía con que rociar para apagar el incendio.

LaRataGris


Equilibrio cósmico

8 septiembre 2023

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El pequeño gigante

21 junio 2022

Por supuesto que él era un gigante. El espejo no mentía y siempre tenía que agachar la cabeza en todas las casas para no darse con el techo. Podía respirar las nubes o bailar con las canciones de las estrellas y, aun así, los diminutos seres con los que compartía ciudad no le mostraban el debido respeto.

Si con un soplo de aire podía barrerlos de la faz de la tierra, si de un solo manotazo era capaz de matar a un millón ¿por qué no agachaban la cabeza?

Los pobres incautos lo trataban con normalidad, le saludaban, mantenían conversaciones en las que lo incluían sin huir despavoridos ¿Por qué?

-Es que-le explicó su mejor amigo- estamos educados en el respeto a la diferencia, no eres tan grande como crees y la vida no debería ser una lucha de humanos y gigantes, eso sería devastador para la tierra.

En ese mismo instante su cabeza exploto ante la revelación, todo tenía sentido. Empezó a verse como uno más construyendo un mundo mejor.

laRataGris


Un gigante de verdad

14 diciembre 2021

Te voy a contar una historia real, una historia que sucedió hace mucho tiempo y que jamas deberías poner en duda.

No seré yo quien te juzgue si quieres cuestionarla pero, no me podrás negar, que tal como te la explicaré pudo haber sucedido. ¿Acaso eso no es garantía suficiente para cualquier cuento?

Hace mucho tiempo vivió un niño gigante. Tan sumamente grande que cuando iba al baño y hacía caca, la mierda, caía al water generando una ola tan grande que sus efectos llegaban al mar. se formaban maremotos y los barcos tenían que salirse del agua para que la fuerza no los hundiera.

Era algo terrible, aunque el gigante no lo hacía con mala intención. Él solo era un niño pequeño que quería jugar, cantar y bailar.

Lo que pasa es que era un niño pequeño tan grande: de una altura tan descomunal, de proporciones tan infinitas, que si se resfriaba y estornudaba: un viento huracanado surcaba los cielos, despeinaba las aves, hacia volar los tejados, arrastraba a las personas que buscaban mejores tiempos lejos, en el sur.

Era algo horrible, pero un algo sin mala intención.

Solo era un crio con ganas de jugar, cantar, reír.

Y a la vez era un niño tan grande, tan tan grande que cada vez que jugaba a pilla pilla con las montañas sus carreras hacían temblar la corteza terrestre hasta que los humanos temblaban también, pero del susto, y empezaban una huida sin final, mientras gritaban: ¡Terremoto!

Pero de verdad que él no lo hacía con mala intención. El solo era un niñito que, como todos, necesitaba jugar, saltar, volar. Pero era tan grande, tan enormérrimo, que al bailar aspaventaba con los manos tapando y destapando el sol de forma intermitente. La gente, sin saber si era de noche o de día, se levantaba y se acostaba al ritmo frenético que marcaba el gigante. Nunca descansaban lo suficiente y luego se arrastraban imposibles durante lo que quedase de jornada.

Imaginate el panorama, desolador, gente zombificadapor el sueño. Pero ya sabes que no lo hizo con mala intención. Solo que era alguien tan grande, tan descomunal y gargantuesco, gigante, gigantesco, que no cabía en la tierra o no hubiese cabido si hubiese sucedido aquí y de esa manera.

Aunque es posible que solo sea un cuento extraño sobre un pequeño gigante con demasiado poder. Un cuento para antes de ir a dormir.

El gigante puede que no fuese tan grande, y podía parecerse a alguien ¿Llevaba nombre de amo?

De ser así no habría excusa para no poner remedio a sus atrocidades de ínfimo gigante.

Eso si, verdad o mentira, su mierda era peor que un maremoto y olía como cien mil rayos.

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Laberinto y salida- Peque

30 septiembre 2020

Laberinto y salida

Las cosas que no crecen.

Si me descuido no me doy cuenta. Ya con nueve años y yo te veo pequeñito, como con seis. Un mundo lleno de enigmas, puzzles y juegos que si son inventados mejor. Tu vida se mueve a ritmo de música y yo procuro bailar para no quedarme atrás, aunque siempre he estado un poco sordo.

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Peque

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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No lugar

28 septiembre 2020

Se conocieron un invierno de melancolías. Él vivía ahogado por la tristeza mientras que, ella, tropezaba una y otra vez con la piedra de la pena.

No levantaban cabeza, por eso fueron, para el otro, una cama sobre la que dejarse morir.

Sin preguntas, sin condiciones; un abrazo escapó a la gravedad de la tierra y con lágrimas intentaron refrescar la fiebre del no saber donde estas.

-¿Me quieres? – arrastró la voz después de un tiempo.

– Apenas te conozco- la respuesta llegó dubitativa, sin que las miradas se atreviesen a cruzarse.

-Tenía miedo de que me amases más de lo que yo podía darte, hacerte daño.

Respiraron la ligereza de las palabras, la alegría del presente.

-Siempre es un viaje con demasiados puertos.

Así viajaron hasta un no lugar seco y seguro, donde ya nada podía hacerles sentir pequeños.

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La vida distinta

6 febrero 2017

-¿Cómo es posible que algo así, tan pequeñito, nos halla cambiado la vida de esta manera?- y la cosa pequeña es un bebe. Nunca se a ciencia cierta si lo dicen de forma positiva o negativa, porque, aunque suelen acompañar la frase con una mirada de ojitos tiernos, no puedo dejar de intuir un cierto grado de nostalgia: ya no salgo de fiesta, no duermo,no follo… Y eso me molesta. Es evidente que algo es diferente pero, sera por que salia poco de fiesta, dormía menos y bueno…yo decidí tener hijos, yo y mi pareja fuimos los motivadores del cambio, en realidad la cosa no fue tan drástica como la pintan. Seguimos viviendo pero más felices, mucho más felices.

Dibujaba y dibujo, jugaba y ahora tengo imaginativos compañeros para el juego, experimentamos con pequeñas cosas de casa, vamos al cine, mi niña suele elegir la peli, bailamos de forma tonta y, eso si, no me dejan cantar por el bien de la humanidad.

¿Sabes a mi quien de verdad me cambio la vida? el trabajo, por que nadie te avisa. Te destrozan, te obligan, te quieren moldear o la alternativa de quebrarte. El trabajo, en mi caso, leer algo de pequeño o el viento soplando diferente… te cambia la vida, existe la transformación constante pero siguen insistiendo en algo así, tan pequeñito. ¿Cómo es posible…?

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Herramientas y expectativas

9 agosto 2016

La empresa se compromete a suministrar las herramientas necesarias para que el trabajador pueda realizar su faena. Este recibirá: un bolígrafo, una hoja de papel y un orinal a compartir entre toda la plantilla.

Con estos elementos el empleado ha de realizar maravillas y conseguir unos buenos dividendos para el empresario.

cualquier desviación a la baja de la producción sera achacada al trabajador y se le preguntara por problemas familiares para exigirle una pronta recuperación. Cualquier crecimiento sera celebrado con palmaditas en la espalda. Evidentemente, gracias al plan de la empresa, subiremos y se le entregara un folio más a modo de recompensa, para que no tenga que seguir haciendo filigranas al rellenar el primero. Esta muestra de confianza conllevara un aumento de los labores y el consiguiente incremento de la riqueza.

La empresa agradece el pequeño esfuerzo que se le exige al trabajador para estar a la altura de las enormes expectativas depositados en él.

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El hombre pequeño

26 septiembre 2011

Cuando el hombre pequeño nació su mamá le susurró al oído que ningún hombre podía ser demasiado grande, demasiado listo o guapo. Y a pesar de lo dicho fue creciendo tan listo y guapo como ella habría querido. Pero ser pequeñito era algo que el tenía bien aprendido. No como el resto de hombres. Todos subían un escaloncito más, pisaban y apaleaban a cualquiera por verse algo más arriba, en la cima aparentando ser enormes para los que se habían quedado abajo.

El hombre pequeño siempre recordaba las palabras de su madre y prefería caminar tranquilo. Sabía que subir no le hacía crecer, que era más inteligente ser feliz y lo de ser bonito era demasiado fugaz como para buscar maquillaje.

Poco a poco muchos hombres pequeños se fueron cruzando, muchas mujeres pequeñas con las que compartían niños diminutos. Lo que no sabía uno lo aprendía el otro. De padres a hijos, entre amantes, amigos y compañeros de viaje. Fueron siendo insignificancias que juntas eran inmensas… Desde arriba los observaban sin saber por que ya nadie quería subir. Sólo veían hormiguitas donde habían habitado hombres de verdad, ese era su respuesta más inteligente, su gruñido más complaciente y básico. Bajar a ver que pasaba era una derrota demasiado dolorosa como para hacerle caso al instinto, prefirieron ahogar a las hormigas.

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