La muerte del arte. El chisme

17 junio 2025

– Con todos ustedes – Dijo el maestro de pista-, con todos, todas y todes: el increíble, el fabuloso, el magnífico hombre menguante.

Un fuerte aplauso llena la carpa cuando irrumpe en ella un hombre corpulento, de aproximadamente cuarenta y cinco años. El mastodonte; alto como de aquí al sol, ancho como la tierra, mantiene los ojos cerrados mientras inspira y expira rítmicamente. Entre los espectadores nadie rompe el silencio.

Flexiona las rodillas, se dobla sobre sí mismo, se queda en posición fetal, menguando triste y solitario en un rincón oscuro.

– ¡El impresionante hombre menguante! – vuelve a gritar el maestro de ceremonias.

La gente estalla en vítores de admiración mientras el artista no para de llorar en la penumbra.

LaRataGris


Gritando argumentos

6 diciembre 2024

Grita


Puta

29 noviembre 2024

Bajando al fango


Mirada asesina

9 febrero 2024

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Nuestras migajas

14 febrero 2023

-¡Que no nos quiten las migajas! – gritaba agradecido de ser pobre. Le habían dado un altavoz, le habían indicado la consigna y le pidieron que la repitiera. – ¡Que no nos quiten nuestras migajas!

Se lo decía a los otros pobres; lo gritaba al viento para que todos supiesen todo lo que había en juego, todo a lo que tenían que tenerle miedo.

Había que conformarse con la limosna – Que no nos quiten las migajas, por favor-. Como un cántico de una única y fallida revolución.

Pide amablemente los restos, que nos cuiden los benefactores: que nos mantengan vivos y si morimos que sea una muerte dulce y sin dolor. – ¡Que no nos quiten las migajas! que es lo único que tenemos- y aún así no perdemos el miedo a quedarnos sin esta nada – Que no nos quiten las migajas.

Con que poco nos conformamos, con que poco comemos- Que no nos las quiten y callaremos y no nos quejaremos y trabajaremos y seremos buenos si no nos quitan las migajas, pero que no nos las quiten que ya no sabemos defenderlas.

laRataGris.


Enemigos condenados

19 octubre 2021

Empezaron a dividirnos en dos grupos. Por un lado definían a los integrados; eran ganadores natos a los que nadie señalaba. Podían campar a sus anchas, incluso tener pequeños deslices perdonables.

Habían vendido su alma y eso era suficiente para triunfar.

Del otro lado estábamos los que perdíamos las batallas y, poco a poco, nos iban acorralando. Siempre nos dejaban un pequeño espacio para que pudiésemos sentirnos vencidos entre cuatro paredes. Reducían la riqueza de nuestro mundo prisión.

Luchar empezábamos a imaginarlo inútil, teníamos que contentarnos con gritarle la desesperación al aire.

Yo, que jamás había querido formar parte del sistema, me encontraba atrapado. Incluso mis guerras nacían muertas.

Y, aunque quiero acabar la historia con una revolución esta no depende solo de un escritor ¿Me ayudas a reescribir las últimas líneas?

LaRataGris


Virus sin hogar

24 marzo 2020

Virus sin hogar

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Peligrosos

2 abril 2018

Retuvieron sus palabras antes de ser pronunciadas. Los encerraron entre cuatro paredes, sin puertas o ventanas al exterior.

Fuera, nosotros, los afines, tejíamos una red de ruidosos silencios, llenas de miradas cómplices, con los que nos indicábamos el camino que cada uno tomaría.

Unicamente gritaban los que, del lado del poder, se sentían seguros de su discurso, un gruñido complaciente con quien paga la fuerza y la convierte en razón.

-Somos libertad- susurrábamos asustados pero sin miedo- somos…- utilizábamos las sombras para movernos porque sentíamos que solo en ellas podíamos estar.

No hay alternativa, la estamos construyendo

LaRataGris

Cucarachas enojadas


Rutina horaria

8 mayo 2017

La habitación temblaba a la luz de una vela. De repente un soplido calmó la inestabilidad.

Cerró los ojos para hacer más evidente su nuevo estado y, en la oscuridad, dejó que los sueños la alcanzaran. Pero no era perfecto, pequeños rayos de luna se colaban por las rendijas de la ventana, se clavaban como finos alfileres de luz.

Así pasó una hora, dos…

-Arrrgh!!!- Gritó al ver llegar aquel sol impertinente, cortando la oscuridad con sus lancetas bien afiladas- iEs demasiado pronto!- Bramó furiosa. Pero ya estaba todo escrito: El girar de la Tierra, el día, la noche, su muerte… sin saber el cuando ni el por qué, moriría y, ahora, se veía obligada a no resistirse a los cambios cotidianos, ya estaba muerta sin la libertad de decidir.

-iNo!- todo en ella se había convertido en un grito que no buscaba solución. Debía aprender un como asesinar al sol, la luna, pero no sabía como hacerlo y era más sencillo seguir chillando.

LaRataGris

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Contabilizando el año

31 diciembre 2015

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