Alta «Custura»

10 enero 2023

Cogió un libro gordo y sesudo, de esos que desbordan palabras cultas, complejas de pronunciar e imposibles de aprender.

Lo abrazó sobre su pecho y, sin haber leído ni uno solo de sus puntos y comas, empezó a parafrasearlo mirando a cámara con su sonrisa seductora, con la mirada perdida en el infinito y la cara circunspecta.

De vez en cuando elevaba el tono, subía un brazo señalando el cielo y fingía pensamientos; se mordía el labio inferior y carraspeaba mientras pretendía mesarse una barbilla lampiña.

Cuando la pareció haber aparentando suficiente paró la grabación y se desconecto del mundo de la fantasía. Encendió la tele para ver que tal había quedado antes de compartirlo con la globoesfera y después se quedo la noche en vela para ver a cuantos les había gustado su faceta intelectualoide.

LaRataGris


Rapidfire, A.

12 octubre 2021

Me llamo Adrián S. Rapidfire. Si fuera una peli mi apellido me auguraría una vida de aventuras:

En mitad de la nada; un rifle, una misión. Rapidfire

Puede que una comedia ligera en la que hacer broma sobre mi eyaculación precoz:

El Rapidfire.

Soy dentista en una ciudad pequeña, donde todos nos conocemos:

Buenos días, Adrián, me Canso de escuchar siempre las mismas frases hechas, de conversaciones banales.

Estoy lejos de ser parte de una película: vida anodina, historia de refritos televisivos.

-Adrián -me dijo Marcelo-, deberías hacer algo que dejara constancia de tu pequeña inexistencia.

Y yo, que era tan poca cosa que ni conocerme podía, decidí que tenía razón. Quiero ser algo más que un don nadie. Y aquí estoy, hablando de mi apellido, regando la historia con algún chiste rancio. Es lo único que tengo y ni la mitad es cierta:

Me llamo Adrián, Rapidfire me lo he inventado. No se me ocurre ningún apellido más molón que este para aparentar la molonidad que no poseo.

LaRataRapidfireGris


Poesía trivial

9 noviembre 2020

No hay nada peor para el poeta que verse encadenado a las palabras del hambre, cuando le exigen rectificar una rima y fingir un pensamiento que no le pertenece.

-Vigila cada paso, la dirección y el viento de libertad que escoges- le susurra Pepito Grillo con la fría hoja de una navaja acariciando su gaznate.

-Cuando eres parte de nuestra solvente familia- le recuerda el pragmático empresario- las apariencias lo son todo.

Y el asiente disimulando tristeza, simulando ardor por la pira funeraria.

– Ojala – quiere autoengañarse- resurja renacido como el ave Fenix.

Echa de menos su reclusión voluntaria, no quiere la prisión de un trabajo rimando tarjetas de cumpleaños y eventos varios. Prefiere el cálido frío de su casa, las voces melosas del hogar. Solo se siente un poeta fingiendo amor para que los enamorados compren colores y otros mentiras con las que amar, amad, más allá de lo que el querer permite.

Y finge y sonríe de verdad, esperando que esta vez el fuego no duela.

LaRataGris


Degradación

11 marzo 2019

En cierta manera podía entender aquella degradación, llenando todos los huecos de la vida, haciéndola insufrible. Era, evidentemente, culpa nuestra, por ser la escoria de la sociedad.

Nos comportábamos como borrachos enfadados con todo, la boca pastosa y un zumbido constante en la cabeza. La gente se entregaba al desencanto, no sonreía, no se arreglaba para aparentar cosas que no eran… el final se intuía cercano y doloroso.

Desanimados, con parsimonia, nos fuimos dejando al vaivén constante.

– ¿En que punto los amos se apenaron?- Nadie lo sabía pero no querían saborear la tristeza en su paladar

– ¡Arreglaos!-dijeron- ¡Apañaros un poco más!

Pronunciaron un mandato sin dobleces, nos vimos obligados a esconder la degradación.

La vida, a partir de ese momento, sería maravillosa para que ellos no sintieran la pesada carga, todo brillaría . Sonrisa, guiño, guiño.

LaRataGris


Uno y Salamandra

2 febrero 2015

-¿Cuantos como yo habrán existido?- se preguntó número uno- No los uno que cuenta la historia, ni los que son honrados con estatuas. Ya se de los importantes pero, en total, ¿cuantos son realmente los que han existido? Contando incluso a los más fugaces, los que, para que se les acabase rápido su mandato, fuero envenenados nada más jurar el cargo. ¿cuantos?- según sus elucubraciones: contando los años transcurridos en civilización, la duración de los famosos, la hipotética resistencia al cuchillo en la espalda…pudiera ser que fuesen más de mil números uno.

Su salamandra, de un color rosado y diamantes incrustados, se revolvía en su regazo con cada una de las dudas del amo- que absurdo- soñaba las palabras- preocuparse por tales menudencias mientras ostenta un cargo tan excelso. A quien le importa cuantos fueron los número uno si sólo eres un pelele en un puesto creado para fingir que todo funciona bien, igual que siempre. A quien le importa quien fuera la salamandra primigenia si soy yo su sustituta, si soy yo la que esta aquí.

Pero de nada servía lo que ella pensase; Uno se creía demasiado importante y tenía tanto tiempo para no hacer otra cosa que pensar en chorradas que las preguntas seguían flotando en su cabeza.

LaRataGris


Un traje para el emperador

15 mayo 2014

Un traje para el emperador


El hombre eléctrico

24 abril 2012

Lunes. Solo es una referencia de casualidad para el hombre eléctrico. Cualquier otro día hubiese hecho saltar la misma alarma. Se habría puesto en pie y con un delicado beso biomecánico le hubiera susurrado a su compañera- despierta, cariño. Es un referencia de casualidad precioso.

Esther se hace la remolona, deja correr el tiempo exacto para las caricias programadas en su amante y, justo después, se despereza mientras el prepara un nutritivo desayuno a base de naranjas, café y tostadas de mantequilla y mermelada de fresa.

Martes. Se repite.

Miércoles. El hombre eléctrico la despide desde la ventana. Sonríe y lanza un amor soplando sobre la palma de su mano.- Contaré cada segundo- y Esther desaparece mientras el se desconecta en el armario de la entrada, quiere estar perfecto para cuando ella regrese. Su mente de placas cerebrales flota inexpresiva entre tiempos cronometrados para saber cuando tiene que volver a la vida. Un calendario de experiencias le insinuá con que actitud reaccionar a su llegada: Hoy vendrá hundida por alguna payasada de su jefe. Recopila algunas baladas y su mente ordena al fuego que se encienda en la chimenea.

Jueves. Cada paso medido.

Viernes. Se despierta antes de tiempo. La casa parece un mausoleo, solo su vida sobrevive aunque no sea real. Busca el fallo del sistema que le ha hecho levantarse tan pronto pero, cuando lo encuentra, decide no repararse. Su carcasa se ha llenado de aire. Sin ordenes archivadas se limita a estar allí, mirando las paredes con la única intención de esperar a Esther. Cuando llega realiza todos los movimientos adecuados sin decir una sola palabra de su problema de conexión. Todo sigue igual.

Sábado. Ella se va y el sale del armario en cuanto escucha cerrarse la puerta.

Domingo. -Y si todos somos hombres eléctricos, incluso las mujeres- Busca conspiraciones en las horas muertas- solo la mitad son reales o puede que la humanidad se halla extinguido y nosotros repetimos sus acciones sin saber que le debemos obediencia a un fantasma.- En ese instante decide vigilar a su ama con frialdad calculada. Ella también se repite en cada referencia de casualidad, como el. Nunca intenta reprogramar algo fuera de lo común. Se Podría decir que sus dudas y pensamientos son algo mas humano que la misma existencia de Esther.

Lunes. Solo es una referencia de casualidad para la mujer eléctrica.

Martes. Se repite. Nada le hace sospechar del dulce autómata. Tan caballero como siempre, un calco de la promesa publicitaria- Venza su soledad por unas cuotas insignificantes- Se había llegado a sentir tan fea antes de conocerlo. Su mejor compra y, si algo había cambiado, era para mejor. Lo sentía mas lleno de vida, atento a todo lo que ella hacia, entonces ¿por qué no podía disfrutarlo?

Miércoles. La mujer eléctrica despide la sombra de la ventana.

Jueves. Cada paso medido. La referencia de casualidad no es distinta a la anterior. Como un ballet que ha sido ensayado por media vida; los arrumacos justos, las caricias pertinentes mientras vigilan sus espaldas.

El trabajo es un lugar aburrido, el sitio perfecto para que vuele la imaginación. Se sienta tras la mesa imitación a madera, huele el tacto de la misma y una sensación de normalidad la ahoga. Su vida se puede comprar en los mismos almacenes. – Molly- grita por el interfono- necesito la factura del hombre eléctrico. Quiero saber todo lo que compre ese día.

Viernes. Se despiertan antes de tiempo.

Sábado. El se queda y ella se esconde tras el ruido de la puerta del aerocoche. Espera un día entero, como si se hubiese ido a trabajar. Vigila las sombras de las ventanas, observa como el hombre eléctrico no parece hacer nada en concreto mientras olvida cargarse.

A su regreso la espera en el armario, con los ojos cerrados y los músculos distendidos. Se activa con su presencia y ambos se sonríen.

Domingo. Y si todos somos mujeres eléctricas?

Abril. El hombre de la compañía dibuja gráficas en la pantalla, determina el correcto funcionamiento de los humanoides y decide que vidas renovar. Al azar, escoge varias referencias de casualidad, revisa las familias, la programación y elige que nuevas realidades poner a la venta para quien se sienta demasiado vacío. Se encarga de preservar los valores de la sociedad, mantener el sistema gracias a la perfecta sincronizacion de las parodias. A su espalda un refrito de viejas series televisivas ayudan a mantener la moral alta. Selecciona en el catalogo varias ficciones policiales, las retransmitirán en hora de máxima audiencia para que algunos quieran borrar sus recuerdos, que se recreen en otra realidad mas adecuada. Los hombres y mujeres eléctricos necesitan pagar nuevos estímulos, no encasillarse en el mismo papel por toda una vida.

LaRataGris


Colores de esclavitud

18 noviembre 2011

Colores de esclavitud


Adornar la mentira

19 octubre 2011

adornar la mentira


Nacido para ser correctamente salvaje

13 agosto 2011

Tuvimos que borrarnos. Desaparecer para poder seguir existiendo. Si alguien preguntaba eramos don nadie trabajando y hablando de fútbol. Seres integrados en un sistema al que no nos estaba permitido criticar.

La luna nos transformaba en hombres lobo. Corríamos salvajes entre las cuatro paredes de habitaciones herméticas. Las mismas jaulas que nos atrapaban se convertían en un pequeño bosque secreto en el que poder aullarnos los unos a los otros.

Cuando escuchábamos quejarse a la escalera y la puerta crujía de furia sabíamos a por quienes venían. Nos deshacíamos de todas las ideas que llevábamos encima y abríamos con nuestra mejor sonrisa, la más tierna sumisión. Las huellas recientes nos delataban, la mirada viva, el miedo… eramos libres en nuestro diminuto escondite y eso era suficiente para los funcionarios de la harmonia.

Portate bien anarquista, intégrate de una vez, acepta las injusticias o seras cazado por soñar libertad…

LaRataGris

 
La policía de Londres pide colaboración ciudadana para combatir el anarquismo