Las calles comunes estaban llenas de vacío y dolor. Marv caminaba como un turista que ya ha estado allí. Conoce los lugares emblemáticos: donde se pilla, el precio de cada amigo y el callejón de los deseos.
Ni siquiera son zombis, sus habitantes no caminan, no reaccionan. Algunos solo se quedan de pie, sacudidos por el viento. Respiran Como un guiño a la vida, una mentira que poco más parecen poder mantener.
Los pocos que consiguen salir de su letargo es para pedir unas monedas o un sitio donde caer muerto.
Uno se le acerca siendo solo piel y huesos. -¿Unas moneditas? -pide con voz de goma y mirada perdida. A pesar del aspecto lo reconoce aunque para él, Marv, es solo un extraño que le puede dar un respiro.
-No traigo demasiado -vacía el monedero sabiendo que, si no se lo gasta de golpe, tendrá para tres días de paz. Con suerte no morirá con la primera dosis.
-Gracias, tio.
-De nada, Kevin.
No hay charla ni moral, el también ha estado en esa muerte y sabe que las palabras no salvan náufragos.
Se habían propuesto ser los mejores; no solo querían vender droga, querían que les compraran una experiencia única.
Cubículos reservados, decorados temáticamente para el gusto de un cliente exquisito. Los yonkis agradecían el trato diferencial, la extraña amabilidad con que los camellos les recibían. Aunque pagaban un poco más por cada gramo de obsesión, merecía la pena cada céntimo invertido por una mierda de mayor calidad que el resto.
El gobierno, atento, legalizó los paraísos que encerraban los problemas y, mejor aún, daba buenos dividendos.
Los gestores se volvieron locos adaptándose a la nueva realidad de los pequeños vendedores que pasarían de falsos autónomos a rígidos empresarios: haciendo estudios de mercado, tratando mal a sus empleados, intentando evadir los impuestos que ahora empezaban a pagar. El capitalismo lo había vuelto a hacer, fagocitaba, digería en marca blanca lo que creía necesario.
–Con ustedes: Pedro Garcia. Pedro, ¿cómo te sientes? ¿en qué ha cambiado tu vida al inventar estos instantes?
-Estoy de puta madre. I feel putísima madre – le digo canturreando.
En ese momento me imagine como la gente se masturbaba mirando la pantalla. Era un animal salvaje al que nadie podía controlar.
…
Desorientado
Un mazazo pesado.
La cabeza, ¡boom!
La boca pastosa
Un instante, tomo un instante y la realidad está en su sitio
…
En ninguna parte de un desierto; sin agua, sin provisiones. Un fuerte viento de calor acaba con todas nuestras esperanzas. El equipo, demasiado frágil para este traqueteo, termina destrozado, sin posibilidad de reparación.
Nuestra expedición llega a término, según lo previsto, mental y físicamente destrozada.
Nos sentamos a morir sabedores de que esa es nuestra única opción, el deseado final de nuestra empresa.
…
Siete días antes. Soy un triunfador, también el mayor consumidor de mi producto. El éxito me sonríe, todos los periodistas alaban mis decisiones como algo de suma importancia para la humanidad.
-Es evidente que mi legado me sobrevivirá como un regalo que le dejo al mundo.
Claro que no era un regalo desinteresado. He recibido mi buen pago y vivo cada instante como el puto amo que soy.
Inventar instantes de Euforia me ha hecho tan asquerosamente rico que el dinero me quema como el fuego lamiendo los árboles de un bosque en llamas.
…
-¿Cómo puede no asegurar que lo único que ha hecho es inventar una droga?¿No es cierto que ya hay más adictos que a cualquier otra existente? La gente hace cualquier cosa por sus probar sus pastillas mágicas
-Deberías, te veo tenso. Esto te deja de puta madre.
Putos, putos, putos haciendo cualquier cosa por la puta audiencia
-Ningún país ha prohibido mi producto, es un jodido gran invento
…
Todos quieren ser parte de mis momentos. Llegan a asesinar por pertenecer a mi círculo secuencial.
Evidentemente yo tengo la última palabra y, bajo ningún concepto, un asesino seria digno de caminar a mi lado, a menos que lo mereciese.
…
-¡Esta va a ser la jodida mejor expedición fracasada!
Escojo a las más hermosas mujeres, a los mas bellos hombres, para ser mis más fieles compañeros en este viaje a la muerte, esta mierda va a ser buena. Ellos morirán por mi, por un instante, sin dudarlo.
…
-Es un concepto sencillo, busca el contraste, como una balanza: iEquilibrio!
-¿Qué quiere decir, señor Garcia?
– Que te sientes de puta madre tras la mayor de las penas. Murió mi madre…- se me quiebra la voz en un punto lejano del universo-. Soy tan feliz.- Y me recupero-. Caes en desgracia, te tomas nuestra pasti y estas a full.
-Y ¿creé que su droga está provocando que la gente se automutile para que la subida sea más fuerte?
…
Uno a uno beso sus labios fríos. La derrota se nota en los movimientos tristes de todos. Con el beso les dejo un grano de arroz en el paladar. Permito que el mio se disuelva entre los jugos de la boca-.Vamos a morir
Me embarga la tristeza por un instante y luego, el cambio, el salto brutal.
LaRataGris
Acabas de leer el reto 12 de Insectos comunes, ¿qué tal?¿ha cumplido lo que prometían las reglas?
-¿Papá?, entonces era mi niña, la luz de mil soles jamas podrían hacerle sombra,¿papa?, así me llamaba hace ya tantos años… Ya no me sonríe cada mañana.
Antonio se sienta junto junto a la puerta de la habitación y llora. Las sucias paredes del motel crujen de frio mientras resbaladiza escarcha acompaña sus lágrimas. Tras un rato las cucarachas regresan sabiendo que aquella roca del pasillo, en que se ha convertido Antonio, no les haría nada. Sin aviso previo la roca vuelve a moverse, limpiándose los mocos en la manga del jersey, y los insectos corren a esconderse en las sombras.
Toma aire- No estés- se suplica. Con los ojos cerrados, rompe la hoja de papel que es la puerta. cadáveres respiran con dificultad sobre la cama deshecha.
-¿Elisabet?- Ella mira como si estuviese justo detrás, fuera de la habitación, en un infinito cercano.
-No me mires, no me mires,… iNo! – Su rostro demacrado se desencaja – No me mires papá.
Los gritos despiertan al muerto. Con movimientos lentos intenta acercarle una bolsa de polvo maravilloso. Balbucea algo ininteligible y sonríe con su dentadura negra antes de hundirse en el cielo de la droga. Antonio recoge la bolsa del colchón y esparce su contenido sobre la cara del ex-deportista que estalla en una carcajada. Entonces se acerca a su niña que esta temblando, haciendo tintinear sus huesos al entrechocar unos con otros- iNo!-El grito no les inmuta. se han perdido en olvidados placeres. No ven la pistola, no intuyen las balas salpicándolo todo de sangre- Sus ojos-cae sobre su cuerpo inerte- sus ojos que parecían muertos ahora están muertos.-Con cuidado borra las huellas de aquella vida, hace desaparecer la sangre, y la tumba como cree que han de dormir las princesas- Nadie me vio entrar ni saldré sin ti.- y suena un tercer disparo.
LaRataGris
Dime una cosa, ¿te sonaba esta historia? En realidad es otro punto de vista para Débiles. Espero haberlo hecho tan bien como para que sólo te puedas enterar en este mismo instante. 8P
Antonio fue un enfermo ilustre. Un muerto desganado del hacer, con la fama suficiente como para que no importase su apatía. Jamás sería un paria, -los despojos no tienen su sensibilidad ni su delicadeza al cantar con la voz rota-. Podía vivir de recuerdos, de amigos que no se iban ni en los momentos bajos en los que todos son una puta mierda- DEJADME MORIR EN PAZ -. Se quedaban incluso cuando su cuerpo quebradizo solo se podía mover para conseguir un poco de tranquilidad. La gente se acercaba como en una procesión queriendo elevar a su mártir. Movían sus piernas en la dirección correcta, rezando por que el roce desprendiese un algo de esa genialidad que se marchó al elegir suicidarse en cada risa, en cada fiesta.
-Antonio- le susurraban los otros muertos- ¿cuando vienes?- y siempre respondía tarde y-mas tarde, cuando nadie me aguante.
Nos aterrorizaba el silencio, también el ruido o el color azul, los olores, las fichas de ajedrez, los peces y cualquier cosa. Nos habían enseñado a sentir pánico por lo que no considerasen normal, por las excepciones y las palabras capaces de cambiar la mente. De repente una barra de pan era peligrosa, se había descubierto, habían decidido y todos teníamos que comprar un novedoso producto más fiable y nutritivo, al menos hasta el próximo cambio de mercado. Con el miedo llegaron los vendedores de valor. Lo vendían en cualquier esquina a precios desorbitados, comerciantes autorizados con todos los permisos en regla. En el barrio se consumía rápido, se necesitaba mucho y se agotaba deprisa. Vivíamos para sentirnos seguros.
Medianoche murió de un exceso de valentía. Se derramó mi frasco de coraje y el gato lamió las baldosas hasta sentirse tan poderoso que quiso volar. En seguida me prepare una infusión de alegría pero la felicidad no pudo enmascarar mi nuevo espanto. ¿Cuanta dosis podría aguantar antes de pasarme lo mismo?¿ cómo sobreviviría el resto de mes sin dinero para sustituir el arrojo perdido?
Ansioso me escondí en un rincón mientras cada segundo se me echaba encima para aplastarme. Me dolía el roce del aire y las paredes encogidas.- Jordi- improvise excusas a mi proveedor habitual- sabes que te pagare.- Pero ya nadie se fía, la vida puede ser extremadamente corta después de un instante. Mis amigos tenían las dosis justas, la familia la cantidad exacta y no querían sacrificar ni uno sólo de sus días por mi torpeza. Me obligué a bajar por el cadáver del minino, cociné su cuerpo para recuperar algo de lo perdido y me lo comí sin más. Me empecé a sentir raro, distinto. Le maullé a la luna desde el tejado de casa, saboreé una nueva sensación de tener siete vidas y quise gastar una de ellas antes de volver a sentirme atrapado en mi cuerpo de cobardías.
Por las tardes nos sentábamos todos en el escalón de una panadería alrededor del Buti. Y a pesar de qeu no sabía tocar la guitarra nunca se lo dijimos. Nos quedábamos hasta bien entrada la madrugada, humando y charlando, algún tirito casual para cuando decaía la fiesta, poca cosa, cautro amigos divirtiéndose.
A veces salían algunos vecinos que amenazaban con llamar a la policía, no les haciamos mucho caso, no por que nunca pasaran monillos por el barrio, más bien al contrario, pero a esas horas tenían el cupo lleno, no les interesábamos a menos que la orden viniese de arriba.
Juan dejó de vernir.
Los tres seguíamos a lo de siempre, ojeras, acordes mal puestos y charlas también mal puestas, pero nos faltaba la alegría. Juanito era el más cachondo, sin él decaíamos antes.
Un día me lo encontré currando, me dijo que su padre había muerto, que su madre era de la vieja escuela y a él le tocaba sacar la familia pa´lante. Se acostaba tarde y se levantaba pronto, como antes, aunqeu es diferente si es por obligación.
Y la música no siguió sonando demasiado.
A Tito le palpitaba la vena con furia, y cuando sólo quedan dos, o se apoyan mutuamente o son perro y gato. Nosotros éramos ratas, fuimos un par de veces más a aquel escalón, pero perderte en las sombras resultó más interesante porque nadie te molesta. Aunque a veces tiens que salir por suministro. En una de esas vi al Buti. No me quiso saludar, supongo que porque he cambiado y no me reconoció, pero la final estuvimos hablando. Se había casado con una chiquita de penalty, como se casan los sueños de juventud, de cualquier manera, dejando de serlos.
Ha muerto
A veces no queda nadie que te diga lo que es bueno o malo, aunque cuando estás colocado tampoco le haces mucho caso, asi que casi mejor estar sólo, si no tendría que soportar sus voces como las de la gente que no me da dinero, me miran de arriba abajo, con desprecio, como si fueran mejores que yo. No ven que únicamente son personas, no ven que… a Tito, sólo lo podré encontrar en un sitio, y es al único al que aún no he visto fuera de las escaleras, las sombras eran oscuras.