Fugaces

5 agosto 2024

No era más que un segundo, un instante tan bonito que le pretendían las horas. La una, las dos, las tres,… Tanto daba si era de mañana o de tarde, la noche más profunda también quería que aquel fuera uno de sus momentos.

Para convencerlo le mostraban el tic tac de su paso, le ofrecían un lugar preponderante en la esfera de su reloj.

– Podrías ser el cambio de hora- le tentaban-. Incluso, si quieres, puedes ser el segundo que se aleja de un día para entrar en el siguiente- le decía la medianoche.

Le regalaban los oídos, le suplicaban, le exigían pero el se fue como un suspiro, solo y sin darse cuenta.

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Monstruos reales

12 julio 2022

No es necesariamente de noche donde habitan los monstruos. Ellos se pueden levantar por la mañana, temprano; desayunan y controlan el mundo. Hablan de lo bueno, se explican lo malo y, para bien y para mal, todo siempre les beneficia.

Su aspecto es normal, incluso elegante, han aprendido a joderte con una sonrisa y palabras amables.

Su mejor tortura es hacerte pensar como ellos, que asumas su comportamiento; lo justifiques y lo reivindiques.

Los monstruos pueden habitar a cualquier hora pero, a veces, repiten los esquemas que se les espera para que nadie piense que son reales y no les dejen seguir haciendo de las suyas.

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Ícaro Muerto

29 junio 2021

Hacía frío, un frío que le cortaba la piel como un cuchillo al rojo vivo. Aún así se desnudó después de rozar con la yema de sus dedos el cálido caldo del cielo más profundo.

Había escalado la cumbre más alta del mundo real y había seguido un poco más allá.

-Ya está- Le susurraba el viento sin que fuese suficiente-. No necesitas subir más.

Pero claro que lo necesitaba.

Fabricó unas alas y, como Ícaro, se impulsó con ellas un poco más arriba hasta zambullirse en el líquido en el que flotan las estrellas.

Nadó por todo un día. Se dejó acunar hasta que cansado del remojo quiso bajar. La corriente lo había mecido hasta que el pequeño espacio que había entre él y el pico ya no estaba; la deriva lo había alejado hasta que la distancia desde la tierra hasta él era la misma que hubiese tenido que nadar para llegar a la luna.

Intento desplegar sus alas de cartón, arrugadas y mojadas, inservibles.

Pronto sería de noche y tendría frio, ya no le daba calor la novedad y la caída era considerable.

Asustado y sin más opciones tomo una fuerte bocanada de aire, se sumergió, nadaría hasta que despuntara el alba, hasta llegar a salvo a la luna.

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El gran conejo blanco

29 diciembre 2020

El día no podía empezar mejor. La noche se había consumido como la llama de una vela, escapando en aromáticas volutas de humo.

El gran conejo blanco se sentó a mi lado, saboreando la mañana. No teníamos prisa y el mundo, por un día, iba a ser un lugar maravilloso.

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Roto

13 octubre 2020

Un año después.

Sus ojos tristes y cansados, perdidos, se intuían bajo la tinta de los tatuajes. Marcado tras una noche loca en la que perdió algo más que la furia y el ruido.

Aquí estoy, gritaban los dibujos de la piel y no podía esconderse.

Le había quedado una ligera cojera, también un acento doloroso y la mirada, esos ojos tristes y cansados que no dejaban de vigilar la nada.

Mama le limpió la barbilla antes de afeitarlo y, ya sin necesidad de llorar, reconstruyó en cada surco de su piel aquella noche fatídica. La llamada a los seis de la mañana de, hoy, hace exactamente un año, tres meses y dos días.

Aquel no era su hijo, esa fue su primera idea. Su hijo no se hubiese tatuado, su hijo no se volvía loco, su hijo no podía ir contradirección, sin control, escupiendo rabia y desesperación…su hijo no se había roto.

Anudó más fuerte la garganta y volvió a limpiarle la barbilla.

Una canción, como una nana o una retahíla de murmullos quejumbrosos, antes de empezar de nuevo…

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Un trago de noche

9 abril 2019

Salúdame negra noche, pasa por mi rincón tristemente iluminado y hazme compañía mientras parpadea el fluorescente.

Acaricia mis miedos más pueriles, dame a probar tu misticismo irracional. Deja que mi corazón palpite como la luna llena sobre los cuerpos fríos.

Abrázame mi amante incorpórea; idea de libertad, de dolor, de atadura. Contradicción y realidad, salvajismo…nocturnidad, sueño sin final, vida, tristeza, felicidad.

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La ley del sol

21 agosto 2018

No amaras a nadie por encima mio

Cada día amanecía un Sol nuevo. Un Sol que no era peor o mejor estrella que la anterior.

Habíamos aprendido a ignorarlo, simplemente estaba ahí, la luz y el calor necesario para la vida y, la vida, era todo eso tan cotidiano.

Él se sabía indispensable hasta que llegaba la noche y el astro moría arropado en el manto de ella, languidecía hasta consumir su último rayo.

Enamorada de la luna, Rosalía, solo caminaba cuando el ya había desaparecido. Le declaraba su amor al firmamento juguetón, mientras lo esquivaba a él.

-¡Arrrgh!- Grito el hijo del millonésimo sol- Falta una de mis ovejas. La han de enterrar en mi presencia si es que ha muerto- Rugió como un salvaje hasta que el resto de puntitos le hizo caso.

ya no podían seguir ignorando su calor. Estaba enfadado y exigía un sacrificio.

Buscaron a la mujer escondida entre las sabanas blancas de pereza.

– ¡Bruja!- El juicio no era necesario, la arrastraron del pelo hasta la plaza pública, protegida unicamente por una piel suave y apetecible.

-La ley- Dijo el sol- es inmutable. Nazco y muero por vosotros, quien no entienda el amor que me ha de profesar se consumirá conmigo.

-Jamas podre amarte- Le desafió ardiendo como el nunca podría

-¿Te atreves a ni siquiera fingirlo?

-No seria justo- Así fue como escribió su propia condena mientras que el resto aseguraba que el sol, más bien fingían, que ese sol no les pedía sumisión.

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Su derrota su éxito


La condición estelar

26 junio 2017

Hay noches en las que las estrellas se sienten solas y desvalidas. Unicamente es un trabajo, salir al firmamento y brillar tan intensamente como les permita su composición, pero en ese instante de tristeza lo dejarían todo por sentir el calor de un abrazo.

La gente que admira su baile, los enamorados que se engañan regalándose cosas que no les pueden pertenecer, los eruditos astrónomos no son capaces de comprender esa pena que les golpea. Mientras, ellas, se marchitan a millones de años luz, haciendo solo aquello que les exige la naturaleza.

-No os podéis quejar- le recriminan los hielos perpetuos- Allí arriba, descansaditas

Las estrellas se preguntan sino tendrán razón.

-Tal vez no debemos quejarnos- Intentan autoconvencerse- Puede que halla alguien que este peor. Callá y obedece- se exhortan para que el sistema siga funcionando como exigen quienes no pueden brillar.

Portada Vota Charlie: Piezas

No te estrelles y disfruta de mis cucas aquí o aquí, donde tu más gustes.

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La gorda en sus lectores

25 marzo 2016

La gorda en sus lectores


No era necesario el amanecer

17 agosto 2015

No era necesario el amanecer diario para saber que pasaban las horas. Bailábamos el tictac de un reloj imaginario, mientras que el sol venía con el canto del gallo. Se desperezaba la vida y en un bostezo aparecía la bella durmiente a deshoras, arrastrando vida.
Todo sucedía sin más; aunque el ser humano hubiese encerrado los días en semanas, las semanas eran meses y los años discurrían fugaces desde hacía un siglo o veinte lustros. No importaban las casillas en las que intentásemos contenerlo. Fue sentenciado incluso para los días oscuros en que negras nubes acercaban la noche. Quedo estipulado un sistema rígido en el que sólo se cambiaba el ritmo si lo necesitaba el superhombre del dinero. Se retrasaban y adelantaban las manecillas mientras, en realidad todo seguía igual, incluso para los que no sabían que no era necesario que amaneciese y se despertaban para estar juntos con las primeras luces del día.

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